Diego Delgado hat Seis de cuervos von Leigh Bardugo besprochen (Seis de cuervos I)
Supervivencia violenta
4 Sterne
Los entornos violentos y hostiles crean personas violentas y hostiles. En esos lugares de miseria y marginaciĂłn, convertirse en un delincuente nunca es una decisiĂłn activa: es mera supervivencia. Y Leigh Bardugo ha confeccionado un personaje que encarna muy bien esta subjetividad obsesionada con salir adelante. Kaz Brekker no vive, Ă©l pelea, y en las peleas a muerte no hay hueco para la empatĂa o la humanidad. Por eso es un ser despreciable. Yo, personalmente, le he despreciado durante toda la lectura. AĂşn ahora lo hago. Pero tambiĂ©n sĂ© que en ningĂşn caso hay que cargarle con la responsabilidad de haberse convertido en alguien sin más principios que salvar su propio pellejo y satisfacer sus intereses. Creo que 'Seis de cuervos' encamina hacia esa lectura: no podemos culpar a las personas por aferrarse a la Ăşnica vĂa de supervivencia a la que las hemos condenado. Invito a extrapolar la empatĂa …
Los entornos violentos y hostiles crean personas violentas y hostiles. En esos lugares de miseria y marginaciĂłn, convertirse en un delincuente nunca es una decisiĂłn activa: es mera supervivencia. Y Leigh Bardugo ha confeccionado un personaje que encarna muy bien esta subjetividad obsesionada con salir adelante. Kaz Brekker no vive, Ă©l pelea, y en las peleas a muerte no hay hueco para la empatĂa o la humanidad. Por eso es un ser despreciable. Yo, personalmente, le he despreciado durante toda la lectura. AĂşn ahora lo hago. Pero tambiĂ©n sĂ© que en ningĂşn caso hay que cargarle con la responsabilidad de haberse convertido en alguien sin más principios que salvar su propio pellejo y satisfacer sus intereses. Creo que 'Seis de cuervos' encamina hacia esa lectura: no podemos culpar a las personas por aferrarse a la Ăşnica vĂa de supervivencia a la que las hemos condenado. Invito a extrapolar la empatĂa que despiertan algunos pasajes que hablan de los orĂgenes de Brekker con esas personas, niños y niñas que hoy nos dicen que encarnan todos los males y que llevan el crimen en su propia naturaleza. Quizá la responsabilidad de sus actos está más en nuestro lado de lo que pensamos.
Me ha gustado especialmente que Bardugo haga una conexiĂłn tan explĂcita entre la mercantilizaciĂłn de la vida y la violencia estructural que ha convertido a Kaz, Inej, Jesper, Nina y, en general, la comunidad lumpen de El Barril. Se dibuja Ketterdam como un lugar gobernado de forma totalitaria por los intereses econĂłmicos. Su dios es el del dinero y el mercado. Y asĂ les (nos) va.
En cuanto a la forma, tengo que destacar cĂłmo cambia la narraciĂłn en funciĂłn del punto de vista desde el que se está contando. Cada capĂtulo está escrito desde la voz de un personaje, asĂ que la narraciĂłn cambia porque las perspectivas de lo que está ocurriendo son diferentes. Los capĂtulos de Jesper subliman este modo de narrar, porque -por motivos en los que no entrarĂ© para no hacer spoiler- la mayorĂa de los planes se urden a sus espaldas, asĂ que cuando habla Ă©l, nosotres, como lectores, tampoco nos enteramos de cuáles son las artimañas hasta que nos explotan en las narices. La sorpresa de Jesper es tambiĂ©n la nuestra, y eso genera una sensaciĂłn que engancha mucho a la lectura.
Por poner una pega, creo que hay algunos giros de guion nada justificados y que Bardugo termina abusando del recurso del deus ex machina.